domingo, 1 de febrero de 2009

La Caldereta Domingo 1 de Febrero del 2009

Hoy nos hemos despertado como de costumbre a las 8 de la mañana. Uno se sorprende que un domingo los levantemos tan temprano, pero los gallos y las gallinas le da igual que sea martes, jueves o domingo. Ellas como unas campeonas a las 7 de la mañana ya están dando guerra.

Hoy nos esperaba un día de relax. La doctora Castro nos había invitado a una caldereta en su casa. Así que después de lavar la ropa y tenderla, nos presentamos en su casa a las 11 y media. Nos viene a recibir la doctora Lopez, ya que la Dr Castro estaba bañando a su hija. Nos quedamos un rato, vemos la casa, una casa muy bonita. Al cabo de 5 minutos nos vamos un momento a una pulpería a comprar comida para desayunar. Volvemos a casa de la doctora y nos recibe con su hija. Una niñita muy guapa y muy cariñosa que se llama Abril. Nos abraza uno a uno y nos da un beso en la mejilla. Entablamos conversación, y aparecen Jimmy y el Ing. Juan. Mateu se entabla una buena y tendida conversación de los cayos, de playas y de olas caribeñas, mientras Alberto se puso a pintar acuarelas con Abril. Por cierto le pusieron el nombre de Abril porque nación en Abril, la verdad es que es un nombre muy bonito y muy original.

Nos sirve la Dr Castro una bebida muy buena que se llama Pisco sour. Era una bebida alcohólica con Limón y con clara de huevo. Muy bueno por cierto.
Nos vamos a la mesa y nos sirven unos platos hondísimos con un cangrejo enorme que salían las patas por los bordes del plato.

Empezamos a comer, todo muy bueno, comiendo como podíamos mordiendo el cangrejo para sacarle toda la carne. La caldereta además llevaba pescado hervido muy bueno.
Después de comer nos vamos a la sala de estar y descansamos, algunos se les cae los ojos del sueño. La verdad es que hace mucho calor y no hay nadie en la calle. Era tranquilidad ayuda a dormirse. Sobre las 4 de la tarde nos hemos ido para casa con el Ing. Juan y Jimmy andando. Pasamos por el barrio nuestro que la otra noche casi nos atracan. Pasamos sin que nos mirasen mucho, era de día y íbamos con un Nica y un Bluefeleño. Llegamos a casa, dejamos a casa y nos vamos a dar una vuelta. Jimmy nos enseña una de las zonas más pobre de Bluefields. A 30 metros de casa encontramos un vertedero. Toda la basura se tira al mar. Incluso hay un tobogán metálico donde allí tiran todos lo desechos. Pasamos por allí y llegamos por un muelle a la zona más contaminada. El paisaje es dantesco, suciedad por todo. Totalmente insalubridad. Para colmo vemos niñas jugando por allí descalzas. Nosotros alucinados, nos quedamos atónitos. Las niñas nos miran y siguen jugando extrañadas por nuestras caras. Para ellas estar allí es lo más natural del mundo. La escena te da mucho en que pensar. No te entra en la cabeza como hay gente que puede vivir así.

Luego volvemos por casa y Jimmy nos lleva por el barrio más peligroso. Nos enseña el barrio donde se vende la droga. Vemos hombre negros sentados en medio de la calle en una silla de plástico blanca. Allí estaban esperando a posibles cliente.
Pasamos por las calles de la droga sin ningún problema y llegamos al bar Flotante. Allí nos tomamos unas toñas, mientras Jimmy nos cuentas un poco las historias de Bluefields.

Bluefields un pueblo costeño del Caribe, donde los Bluefileños no saben con exactitud el origen del nombre de su pueblo. Jimmy nos cuenta que fue un capitán de apellido Bluefields cuando llegó a Bluefields desde el mar, desde el Bluf se veía toda la bahía azulada. De allí le llamo Bluefields. Realmente es una leyenda urbana, no hay ningún escrito que avale esa historia.

Luego nos habla del huracán que paso en el 1988 que arrasó literalmente Bluefields. Él lo vivió. Tenía 10 años cuando le pasó. Sólo murieron 6 personas gracias a rápido despliegue militar que obligaba a la gente a que se resguardasen. Jimmy nos conto que se refugió en un sótano de una casa de Jesuitas. El huracán llego a la 1 de la madrugada y acabó a las 7 de la mañana. No quedo nada. Salieron del sótano con el agua por la cintura, y la casa de los Jesuitas ya no estaba. Su casa había desaparecido.

Esta historias son indescriptibles, por mucho que te lo cuenten es imposible imaginárselo que fue eso. Jimmy cuando lo contaba veíamos como no lo contaba con gusto, como si le pidiésemos que nos contase una parte de su vida que la tenía muy olvidada o que quisiera olvidar.

Bluefields hay mucha miseria, es una realidad que Jimmy nos refrescó. Diferencia sociales. Nosotros vemos y nos rodeamos con gentes de un poder adquisitivo alto. Pero la realidad de Bluefields es mayor que la vida de la gente del hospital. Gente que viven de los desperdicios de los demás. Niños llamados coloquialmente “Los gancheros” remueven la basura buscando que llevarse a la boca. Estas historias te dan mucho que pensar.

Nosotros somos unos privilegiados.

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