jueves, 25 de febrero de 2010

Primera visita al Cerro Aberdeen

El número de boleto para acceder a la torre del Cerro Aberdeen que la Dra. Castro debía recibir en su correo desde Managua dilató más de lo esperado y no salimos del hospital hasta las 10:30h. El chofer Matute nos llevó con la furgoneta del hospital. Después de que los dos soldados del ejército naval comprobaran los datos de Jimmy, Santi y los míos, accedimos a la torre y a la sala de máquinas.
El estado en que nos encontramos nuestros equipos en la sala era deprimente, tirados por el suelo y rodeados de basura electrónica de Enitel. Estuvimos haciendo varias pruebas, conectamos el portátil directamente al PIU del VIP y con netscan su IP resultó ser 192.168.1.41, entramos en su configuración MSDOS con telnet y un login public y observamos que se reiniciaba el VIP cada 60 segundos debido al parámetro “Single Node Reboot Timeout” ya que no conseguía conectar con San Pancho.

Seguidamente intentamos conectarnos a la Ubiquiti del Cerro, pero no se pudo, no hacía ping. Era extraño porque conseguimos conectarnos a ella desde el HRESB. Eso quería decir que estaba fallando el cable que iba de la Ubiquiti al POE, o el propio POE. Decidimos llevarnos el POE para probarlo con la Ubiquiti del HRESB. Con el tester de cable UTP verificamos el funcionamiento del cable de la Ubiquiti, para la unidad remota daba OK 02 mientras que para la unidad remota 1 nos daba OK 00, el hecho de que no mostrara OK 01 nos hizo sospechar que podría ser el cable lo que estuviera fallando. Deberíamos volver con material y herramientas para poder cambiar los conectores del cable y verificar su funcionamiento.


Bajando del Cerro Aberdeen Jimmy nos llevó a visitar una roca muy grande, que según nos contó Jimmy era enorme antes de que la dinamitaran en los 70. Jimmy nos explicaba que la leyenda decía que un pirata escondió hace siglos un tesoro en el interior de esa roca. Muchos hombres se habían adentrado en aquella cueva pero nadie le encontró el fin, y los que salían de ella salían totalmente perdidos, locos, nunca se supo que vieron allí. Otros tiraban piedras por el hueco, y al cabo de un buen rato se escuchaba como sonaba la piedra cayendo en agua.


En los 70 una expedición vino con la excusa de hallar el tesoro y lo que hicieron fue dinamitar la roca, acabando así con la belleza natural de aquel lugar, pero realmente lo que querían era la piedra para utilizarla en construcción. De todas formas el lugar era bien bonito, tal vez la leyenda lo hacía más bonito aun. Mientras visitábamos la roca nos acompañaron varios niños del lugar que se subieron a la furgoneta en marcha.


Cuando llegamos al HRESB comprobamos que el POE que había en el Cerro funcionaba correctamente con la Ubiquiti del hospital, de manera que sospechamos que lo que podía estar dando problemas era el cable de la Ubiquiti del Cerro Aberdeen.

Aquel mismo día le pedimos a la Dra. Castro que empezara las gestiones con el Ingeniero Juan para poder hacer una nueva visita a la torre del Cerro con el material necesario para poder instalar bien nuestros equipos en la sala de máquinas (para no volver a encontrarlos por el suelo) y cambiar los conectores del cable de la antena.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Acceso remoto, preparación de visita al Cerro Aberdeen y el Cocorade

Aquellos días estuvimos investigando sobre LogMeIn Hamachi, VNCserver y otros programas para poder trabajar en remoto con el servidor, de manera que desde Barcelona se pudieran realizar tareas de mantenimiento o que pudieran instalar Asterisk. También estuvimos resolviendo el “problema” que Microsoft Office con Crossover en Linux generaba a la hora de guardar los archivos, pues los guardaba en unos directorios ocultos a los cuales solo se podía acceder por el Terminal de manera que los usuarios podrían no encontrar sus archivos. Al final conseguimos crear un Script que redireccionaba los enlaces que utilizaba el programa y guardaba de esa forma los archivos en los directorios propios de Ubuntu.

Antes de regresar al consorcio volvimos a hacer una prueba rápida, dejamos conectada la Ubiquiti del hospital e hicimos ping a la Ubiquiti del cerro ya que al día siguiente estaba programada una visita al Cerro Aberdeen.



Por la tarde perreriamos a baloncesto un rato con los muchachos del consorcio, cuando regresamos el Dr. Espinosa y Eduardo, el nutricionista, nos proporcionaron la bebida oficial del consorcio (supongo que Flor de Caña era la extraoficial), el Cocorade. Agarramos unos cocos de agua (un coco verde y pequeño) de las palmeras que rodeaban al consorcio, le quitamos el tapón, le abrimos una brecha de un golpe, y a tomar un agua de coco bien rica.

jueves, 18 de febrero de 2010

Instalando la antena PS2 Ubiquiti en el HRESB


Aquel día la Doctora Castro nos encomendó la tarea de instalar la antena del hospital con Jimmy ya que las obras de emergencias estaban llegando a su fin y debíamos dejar todo preparado en la sala de Telemedicina. Nos proporcionó la caja donde estaban todos los equipos de Telemedicina y la antena, una PS2 Ubiquiti que estaba guardada en la sala de mantenimiento (en teoría la antena debía seguir instalada pero no era así).

Subimos al tejado del hospital, buscamos un punto de buena visibilidad con el Cerro Aberdeen y la instalamos, tiramos el cable hacia la sala y comprobamos que no llegaba por unos pocos metros. Tuvimos que subir de nuevo al tejado para reubicar la antena. Esta vez el cable de la antena sí llegó a la futura sala de Telemedicina.

La siguiente tarea fue hacer llegar el cable Ethernet que venía del rack hacia la sala de Telemedicina y que estaba a unos 15 metros de la sala por el cielo raso. Lo pasamos por tubo de PVC que habíamos comprado y lo hicimos llegar a la sala, dejándolo junto al cable de la antena sobre una placa del cielo raso para solo tener que poner la canaleta y la roseta cuando acabaran las obras.


Aquel día la Doctora nos invitó a comer carne de res asada al cafetín, con su correspondiente ensalada de repollo y un fresco de granadilla con limón que estaba riquísimo. Cuando salimos los muchachos de la obra de emergencias nos dieron coco para comer, primero se bebía el agua de coco y luego con una cuchara te comías la carne que estaba tierna como si de una natilla se tratara. A Santi le salió uno con agua rancia y ya pasado, fue curioso porque el que ya estaba pasado resultó ser como el coco que había comido siempre en España, con la carne ya dura.


Tras el descanso empezamos a hacer pruebas conectando el cable de la antena al POE, y de la salida LAN del POE al laptop. Entramos en la pantalla de configuración de la antena Ubiquiti del HRESB (192.168.1.40) e hicimos ping a la Ubiquiti del Cerro (192.168.1.42), a la configuración de la cual también conseguimos entrar. No pudimos hacer ping al VIP de Cerro, en teoría la IP 192.168.1.42 correspondía a éste pero no era así, correspondía a la Ubiquiti del Cerro, intentamos hacer ping a IP’s lógicas para el VIP pero no llegaban. Deberíamos visitar el Cerro para ver en qué estado estaban los equipos e intentar conectarnos al VIP para revisar su configuración y conocer su IP. También comprobamos que el cable que venía del rack estaba en buen estado y proporcionaba Internet.

martes, 16 de febrero de 2010

Contraseña Server y Softball

Aquellos días estuvimos mirando temas del servidor, el cual nos habíamos llevado a la biblioteca para poder trabajar mejor. Tras estar todo el fin de semana dándole vueltas Santi encontró la manera de recuperar la contraseña de root que nadie recordaba: lo primero fue probar con un Live-CD (Knoppix), pero el disco estaba encriptado y no se podían leer los datos (no se podía montar el disco), de manera que lo que se hizo fue arrancar el sistema en modo “Single User” añadiendo que arrancara la shell /bin/bash, arrancando así permitía entrar como root sin introducir contraseña, una vez conseguido esto se restauró la contraseña.

A partir de ahí empezamos a mirar el estado en que se encontraba el servidor, como la configuración DNS y DHCP, o la configuración de los backups (se añadieron ciertos ficheros que creíamos importantes asegurar en caso de pérdida de información). También estuvimos mirando el dilema Windows/Linux que la Doctora y Jimmy nos plantearon la semana anterior, instalamos Microsoft Office 2007 en Linux con Crossover 7.1 en un sistema Ubuntu y funcionaba todo salvo un problema con las macros en Excel y los directorios donde se guardaban los archivos.

Por la tarde los chicos del consorcio nos invitaron a ir a la práctica de softball, un deporte parecido al beisbol pero con bases más cortas, una pelota un poco más grande y bates menos pesados. La furgoneta del hospital nos dio un “ride” al barrio “Lo más fresca”, allí se iba a jugar la liga se softball, en el dique, en Pancasán. Aquel día no nos dejaron probar el deporte porque tenían un juego de entrenamiento con otro equipo pero fue divertido ver como se jugaba a aquel deporte mientras los bueyes cruzaban el campo entre medio de los jugadores. Tanto Santi como yo nos fuimos con ganas de intentar batear o cazar alguna bola al vuelo, seguro que algun día más adelante tendríamos chance para hacerlo.

viernes, 12 de febrero de 2010

Platicando

Para ir avanzando en todos los aspectos, hoy tocaba revisar el estudio del nuevo radioenlace con Punta Gorda. Después de descubrir la ubicación “ideal” de las torres vimos que el acceso sería complicado sin ayuda ajena. Es por ese motivo que decidimos ponernos en contacto con el ejército naval ya que ellos tenían comunicación con todos los poblados y nos podría ayudar. Nos interesaba disponer de información relacionada con las posibilidades de construir las torres en los lugares teóricos o en caso que no fuera disponible el acceso y construcción disponer de la ubicación de torres actuales para realizar nuevos cálculos.

Para eso junto con la Dra.Castro, Jimmy, Enrique y yo fuimos dispuestos a hablar con el capitán. Nos atendió el comandante de turno ya que el capitán no se encontraba disponible. En todo momento sé mostró una persona serena, seria pero con poco interés en nuestra propuesta. Justo cuando parecía que nos íbamos a ir con las manos vacías salió el poder del la palabra y venia de la voz de la Doctora. Con su gran conocimiento entre las relaciones del Minsa y Ejército y su saber platicar, conseguimos un acuerdo, contábamos con la ayuda del ejército para lo que quisiéramos. Eso sí, debíamos hacerlo formal enviando una carta al distrito de tierra para llevar a cabo la petición.

Ese mismo día también aprovechamos para hacer una visita a Enitel, nuestro proveedor de Internet en el Hospital. Nuestro principal problema eran los 256Kb/s que había contratado y los cortes demasiado frecuentes debido al Turbonet inalámbrico.

Después de hablar con la chica de la oficina nos dimos cuenta del “negocio”, una conexión DSL de 1Mb/s para el Hospital valía $539,98 más el 15% de impuestos mensuales. Esto era debido a que el Hospital tiene una línea empresarial y no residencial. Ni TSF ni Minsa ni el propio hospital se podían permitir un gasto tan elevado por lo que se decidió platicar de nuevo pero esta vez a través del propio Minsa (con el Ingeniero Juan como representante) para intentar conseguir una línea residencial o como mínimo un descuento en la tarifa mensual.

jueves, 11 de febrero de 2010

Primera reunión formal

Hoy conocimos a Jimmy, el que será nuestra referencia a nivel técnico puesto que aparte de sus conocimientos en computación estuvo gran parte del tiempo con Judit ayudándola.

Esta misma mañana estuvimos intercambiando las visiones junto con Alma Rosa y nos estuvo contando lo que había sucedido desde la marcha de Judit.

El principal problema que nos comentaron fue la problemática al utilizar Ubuntu y no Windows. El personal sanitario estaba habituado a utilizar Windows y los cambios no eran bien recibidos debido al desconocimiento del nuevo sistema operativo. Nos indicó que ciertas aplicaciones no estaban funcionando por lo que decidieron volver a la configuración antigua en varias máquinas.

Nuestro punto de vista estaba en contra de volver a Windows, ya se había probado con anterioridad y sus resultados no eran satisfactorios. Se filtraban gran cantidad de virus, no se podían pagar todas las licencias para todas las computadoras y para nuevas aplicaciones Ubuntu tenía más freeware que nos resultava útil. Por ese motivo decidimos hacer pruebas con Ubuntu para ver como compatibilizar y facilitar al personal sanitario su uso, y en caso que hubíera aplicaciones exclusivas para Windows, compartir los dos sistemas operativos.


Por lo que hacía referencia al radioenlace, nos comentó la Doctora que todavía no habían finalizado las obras de urgencias y que la fecha de entrega se dilataría unas 2 semanas, aunque ya nos avisó que podían ser el doble. Decidimos en este caso empezar a revisar la documentación pero dejaríamos la colocación de la antena y el equipo de Telemedicina para más adelante.


Al final de la mañana habíamos ganado muchos conocimientos del estado actual del Hospital pero debíamos reflexionar sobre los próximos pasos para intentar no atrasar demasiado todo el trabajo.

martes, 9 de febrero de 2010

Managua - Bluefields

Esta vez sí, el Ingeniero Juan había reservado dos boletos para nosotros, volamos en la avioneta bimotor de La Costeña desde Managua hasta Bluefields.

El vuelo fue más estable de lo que esperaba, pero la avioneta era muy ruidosa. La mayor parte del trayecto la avioneta volaba bastante baja y permitía observar la gran cantidad de terreno virgen que hay en Nicaragua. Cuando aterrizamos en Bluefields, la Doctora Alma Rosa Castro nos estaba esperando en el aeropuerto para llevarnos al HRESB con la ambulancia.

En seguida me di cuenta que la doctora era una de aquellas mujeres fuertes, una mujer avanzada en el entorno en que vivía y que nos iba a ayudar mucho en nuestra estancia allí. Cuando llegamos al hospital la Doctora nos enseñó todo el hospital y nos fue presentando a algunos de los trabajadores. Seguidamente nos acompañó a la que iba a ser nuestra habitación, nº 8 del consorcio, y nos dejó para que deshiciéramos nuestras maletas y descansáramos.

Esa tarde fuimos a buscar nuestra primera cena al HRESB, gallopinto con huevos revueltos de bienvenida.

lunes, 8 de febrero de 2010

Una noche más en Managua

Esa mañana estaba previsto que una vez comprados en Comtech los routers que debíamos llevar al Hospital de Bluefields agarráramos la avioneta de La Costeña dirección Bluefields. Pero el ingeniero Juan nos timbró a primera hora nicaragüense para informarnos de que los vuelos estaban completos y deberíamos salir el día siguiente a las doce de la mañana. Juan pasó a buscarnos por el hotel con la furgoneta del MINSA y nos dirigimos a Comtech para comprar dos routers modelo WRT120N de Linksys, dos tarjetas de red y dos estabilizadores de corriente, material que hacía falta en el HRESB.

Cuando regresamos al hotel, ambos decidimos que debíamos aprovechar el día para visitar algo, pues el hotel se nos estaba haciendo pequeño. La camarera del hotel, la señora Paty nos dio un mapa para que fuéramos a un punto turístico cercano, el mirador Tiscapa. Tras negociar nuestro primer precio de taxi, 30 córdobas desde el Hotelito Kelly hasta el mirador, y mantener una conversación típica sobre el clima con el taxista, (quizá lo que más me gustó del trayecto fue el brazalete que cubría todo el brazo del taxista para poderlo apoyar en la ventanilla y que no ardiera como él decía), estábamos tomando un refresco sentados a la sombra observando el lago Tiscapa. Como venía siendo habitual, Santi acertó pidiendo un Fruit Punch mientras que yo tomaba un Jamaica no tan rico.

Ya en el Hotelito Kelly de nuevo, volvimos a preparar las maletas como la noche anterior para volar el día siguiente, ambos teníamos ganas de llegar a Bluefields y poder deshacer todo el equipaje e instalarnos en nuestro nuevo hogar.

sábado, 6 de febrero de 2010

El calor de Managua

A las 6 de la mañana ya estábamos despiertos, no sólo por la claridad que entraba por la ventana y los efectos del jet lag sino por un par de lapas (papagayos) que empezaron a hacer ruido. Juan se presentó en el Hotelito Kelly a las 12 de la mañana, nos explicó que se había quemado el medidor eléctrico de su casa y que por eso dilató.

Acompañados por Juan fuimos a Datatex, Comtech y un par de tiendas más. Hicimos las cotizaciones (basándonos en las que teníamos hechas por Jimmy) y verificamos que para compras grandes en el futuro (como la de los 20 monitores) se podría pagar por transferencia bancaria desde Barcelona. Decidimos que el lunes siguiente compraríamos los dos routers que debíamos llevar para el Hospital de Bluefields.

Después de hacer las cotizaciones fuimos al Metrocentro (centro comercial) para comprar una SIM card de CLARO y nos dirigimos al Malecón. Allí almorzamos (comimos) acompañados por el Ingeniero Juan en una terraza a la orilla del Lago de Managua, donde probamos algunas variantes de su forma de cocinar el banano (en Nicaragua se le llama banano al plátano y plátano a la banana) como tajadas, maduro y tostones.

Regresamos al hotel y nos estuvimos bañando en la piscina para combatir aquel calor horrible. Poco a poco nos fuimos ganando la complicidad de las empleadas del Hotelito Kelly platicando con ellas, eran personas cerradas al principio, si más no la primera impresión que tuve era diferente a la idea que uno tiene cuando viaja a un país centroamericano, pero cuando ganabas su confianza era gente amable y encantadora. Las recepcionistas nos dieron muchos consejos para nuestro futuro viaje a Bluefields, decían que era muy diferente a Managua, a mí me gustaba escucharlas porque ya tenía ganas de llegar a Bluefields y conocer el lugar donde ibamos a vivir los siguientes meses.

No fuimos a dormir muy tarde, al día siguiente habíamos quedado con el Ingeniero Juan para visitar Masaya y bañarnos en la Laguna de Apoyo.

viernes, 5 de febrero de 2010

Hola Nicaragua

Pasaron 24 horas desde que salí de mi casa hasta que llegamos al Hotelito Kelly en Managua. En el aeropuerto de Amsterdam debíamos esperar tres horas, intentamos conectarnos a la red WiFi pero debíamos pagar 3 euros por 15 minutos. En el vuelo Amsterdam-Panamá City me llamaron la atención dos cosas: un video de KLM en el que salían imágenes de Holanda y practicaban sobre hielo una infinidad de deportes que nunca hubiera imaginado, de los cuales el que más me chocó fue el patín a vela (o patín catalán) sobre hielo; y por otro lado no acabé de entender por qué KLM desechó unos 30 vasos de plástico por cada pasajero, pues cada vez que te servían una bebida (que fueron muchas) te daban un vaso de plástico y al acabar lo tiraban, aun tengo la esperanza que fueran para reciclar.

Al llegar al aeropuerto
internacional Augusto C. Sandino de Managua ya era de noche, pagamos los 5 dólares de tasas para entrar al país y esperamos una media horita la llegada del Ingeniero Juan. Nos confesó que venía tarde porque calculaba que el avión se retrasaba normalmente. Nos subimos en el taxi de una amigo suyo y nos dirigimos al Hotelito Kelly tal y como estaba previsto. Tras observar las calles de Managua desde el interior del taxi llegamos finalmente al Hotelito Kelly donde nos dieron una habitación con aire acondicionado, un detalle importante pues el calor era horrible. Aquella noche tomamos nuestra primera Toña (cerveza nacional de Nicaragua) acompañados del Ingeniero Juan en el bar del hotel.

Al día siguiente habíamos quedado con el Ingeniero Juan a las 9 de la mañana para hacer unas cotizaciones de unos equipos, me fui a dormir pensando que de día la imagen de Managua sería muy distinta de la que había visto por la ventanilla de aquel taxi antiguo y ruidoso que habíamos cogido en el aeropuerto.

Estas son las líneas que escribí aquella noche en la habitación del Hotelito Kelly, igual que aquel día, a partir de entonces intentaríamos buscar cualquier hueco para escribir nuestras vivencias, tanto cuestiones técnicas sobre el proyecto como anécdotas más cotidianas o pensamientos personales que surgieran durante el viaje.