sábado, 8 de marzo de 2008

Día 15 - Quincho Barrilete

Hoy hemos ido al muelle a coger la panga de vuelta a Corn Island. Nos esperan 6 trayectos hasta Barcelona, uno en panga y 5 en avión. Hoy 3, hasta llegar a Managua vía Bluefields. Todo va puntualísimo, y nos plantamos en Managua antes de las 10. Una serie de confusiones hace que tengamos que esperar a Juan García, el ingeniero del Minsa, hasta las 11 y media. En realidad, las 10 y media, hora Nica. ¡A quien se le ocurre ser tan puntual!

Tampoco tenemos hotel en Managua, y las propuestas que nos hacen, sin ser descabelladas (50 a 70 €) nos parece que desentonan totalmente con el resto del viaje, y decidimos apostar por la "experiencia Quintana". La Quintana es un hospedaje en el que acostumbran a pasar las noches en Managua los cooperantes de Desos, y que nos aconsejaron nuestros compañeros del viaje anterior. No está en un lugar muy bueno, pero dicen que es barato. Cuando llegamos, preguntamos el precio, y a penas podemos contener nuestra cara de sorpresa cuando nos dicen 3 € por persona. Bueno, 3 y medio si cada uno quiere su propia habitación. Está más limpio que el hotelito Kelly, aunque el baño es común. El ambiente es muy familiar, y se acuerdan de "Pablo" (Pau) y las chelitas. El lugar es una auténtica experiencia, aunque yo este capítulo de los alojamientos modestos ya lo había cerrado con mis viajes de mochilero, hace ya más de 20 años.

Dejamos nuestras cosas y pedimos a Juan que nos lleve a algún sitio típico a comer. Aquí de nuevo parece que las diferencias culturales hacen su aparición, porque acabamos en el "food court" de un centro comercial, escogiendo entre McDonalds, Burger King o Subways. Pedimos una pizza, y decidimos ir a Masaya por la tarde. Masaya tiene fama de un lugar interesante, y está a sólo 30 km de Managua.

Entre los taxis del centro comercial, negociamos con uno. Por 15 € nos lleva, nos espera y nos trae. Además, incluido en el precio entró una lección de historia en primera persona. Guerrillero del FSLN desde los 16 años y ahora firme defensor de la paz y de Daniel Ortega, nos contó numerosos episodios de la historia de Nicaragua.

En Masaya fuimos al mercado antiguo, un mercado de artesanías turístico pero muy agradable, donde varios grupos de música tradicional tocaban la marimba, mientras algunos talluditos, hartos de cerveza, intentaban bailar las danzas típicas. Nosotros contribuimos a la causa con un par de cervezas antes de volver. En el mercado, Juan me regaló una guayabera azul muy elegante, y decidí estrenarla el mismo día, en el concierto de Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina, en la "Casa de los Mejía Godoy".

Los Mejía Godoy son tres hermanos, Carlos, el más famoso, Luis Enrique, cantautor, y otro que pinta, muy bien por cierto, por lo que vi en los cuadros expuestos en la casa. Es un restaurante concierto. Pedimos comida típica nicaragüense, incluido "vigorón" (yuca hervida y corteza de cerdo frita). Cuando vi entrar a Carlos Mejía Godoy por la puerta me invadió una ola de nostalgia. Sólo pensar en Quincho Barrilete, Son tus perjúmenes mujer, El Cristo de Palacagüina, la Misa Campesina, o Maria de los Guardias, me trasladé directamente a mi infancia, a la OTI, y a los primeros años de mi adolescencia, durante la revolución del FSLN.

No se me ocurre una mejor forma de despedirnos de Nicaragua que con este concierto. "Nicaragua Nicaragüita", "Yo te amo Nicaragua", y la inédita "La loma de Bluefields", fueron los himnos de despedida con que este maravilloso país nos despedía.

Rafa

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