jueves, 6 de marzo de 2008

Día 13 - Little Corn Island

Nos levantamos muy temprano, cogemos el taxi, ya de forma automática, y nos dirigimos al aeropuerto. Teníamos curiosidad por saber si aquel proceso surrealista había acabado o no en una reserva, y sí, allí estaban nuestros nombres. Pagamos los billetes, nos vuelven a pesar, y tras una breve espera, puntualísimos salimos a Corn Island en una avioneta como de 30 plazas, más del doble que la que nos trajo a Bluefields desde Managua.

Ya desde el avión se ven unas playas la mar de apetecibles. Estamos llegando totalmente a la aventura, sin mapas, ni guías, ni hotel, ni nada. He visto unos suizos en el aeropuerto, y ya les preguntaremos cuando lleguemos, estos siempre van muy informados. Al llegar, charlamos un ratito con un taxista, que nos informa que la panga para la isla pequeña sale a las 10, y son sólo las 8, así que así, en caliente decidimos irnos a la otra isla. Ya que estamos aquí, pues hasta el final.

En Corn Island, parece mucho más dominado por los criollos, todos negros y hablando inglés, o algo que se le parece. Decidimos desayunar en el comedor del muelle. En la mesa común hay dos chicas criollas espectaculares comiendo algo que no reconocemos. Les preguntamos, y nos dicen que son tacos. !Tacos para todos¡ Si ellas los comen y están como están, tiene que sentar bien. Con el jugo de tamarindo están buenísimos. Todo el mundo habla criollo. La hija le dice a su madre, dueña del bar, "white man don't pay", refiriéndose a nosotros, y creyendo que no la entendíamos. Pescamos la indirecta, y pagamos. Muy barato.

Esperamos un ratito en el muelle y puntualísima, la panga carga su pasaje y sale pitando hacia Little Corn Island. Curiosamente, una panga mediana lleva 2 motores de 200 HP cada uno. Mmmm...... ¿No hará pluriempleo por las noches? Ahora se entiende algo mejor la disputa entre Nicaragua y Colombia por el control de los mares territoriales entre los dos. Tiene que haber traficantes de todo. Con semejante potencia, llegamos en 20 minutos a little Corn Island. Para ser un sitio tan remoto, tiene muelle, electricidad, agua corriente y hasta cibercafés. Lo que hace el turismo. No hay muchos hoteles, y nos vienen a buscar al muelle intentándonos llevar a éste o al otro, pero nos los sacamos de encima, nos sentamos cerca del mar, y de momento unas Toñas para todos, que estamos de vacaciones.

Pasamos un rato descansando, y luego Joan y Lluc se van a explorar la isla para decidir donde alojarnos. Tardan menos de hora y media en dar la vuelta a toda la isla. Nos habían hablado del alojamiento de una catalana y un americano, "Derek's place", pero resulta ser una especie de comuna hippy. Finalmente decidimos quedarnos en Los Delfines, uno de los lugares de más lujo de la isla. Aunque es modesto tiene aire acondicionado y los precios en dólares. La Iguana es un lugar mejor situado, y más agradable, pero más incómodo para mi porque son cabañas y es más inaccesible.

Comemos langosta, siesta, vemos la puesta de sol, cenamos langosta, cervezas. La langosta vale 5 Euros ("casi como en Fornells" ironizan mis compañeros menorquines). Presos del remordimiento nos ponemos a seleccionar las fotos, y conseguimos seleccionar unas 130 de las más de 1.600 que tenemos, que ilustran nuestro proyecto. Luego seleccionamos otras 140 por su "valor artístico". Al menos hemos hecho algo productivo antes de ir a la cama.

Rafa

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