viernes, 30 de enero de 2009

Viernes 30 - La halada

Lavar la ropa a mano a las ocho de la noche se ha convertido en uno de los momentos más relajado del día. Imaginad una noche fresca de verano en un “jardín” trasero, por donde hace unas horas se paseaban las gallinas y el gallo más gallo que nos despierta cada mañana, con plátanos y cocoteros. A mí me recuerdan a las noches de verano en Galicia (por los cocoteros, claro). A ratos se asoman nuestras vecinas del ático con las que apenas cruzamos unos saludos. Una es austríaca, trabaja como fisioterapeuta en el hospital. La otra es estadounidense, creo que está haciendo una tesis sobre la malaria o dengue. Hoy es viernes, así que se oye la música de la discoteca que tenemos a media cuadra de la casa, el Four Brothers, lugar que siempre utilizamos como referencia para los taxistas. Además se oyen ladridos de perro, grillos y algún grito en creole de los vecinos. Aunque no lo parezca, las noches son bastante tranquilas.

Hoy nos hemos levantado sobre las 6h30 de la mañana. Judit la primera, como siempre. Nos hemos duchado con agua fría y hemos desayunado con bastante calma. A las 7h30 Alejandro estaba pitando en la puerta. Así que corriendo hemos cargado los trastos (mochilas, ordenador y pantalla) y nos hemos subido en la camioneta dirección al Hospital.

Por cierto, mientras escribo y hablamos con Mateu sobre el mundo laboral, acabo de ver un ratoncillo cruzar por la cocina en dirección al frigorífico. No debe saber que no tenemos Toñas dentro, quizás le apetezca un zumo, no sé.

En fin, hemos llegado a las 8h00 al hospital cargados de energía y preparados para avanzar en las tareas de cableado. Están resultando bastante pesadas, aunque vamos avanzando a buen ritmo tenemos la sensación de que vamos muy lentos. El objetivo del día era acabar de cablear la zona 2 y continuar configurando el servidor.

Puntual también ha llegado Moises. Pese a serlo, no se ajusta al perfil de caribeño. Moises solo tiene dos marchas, la rápida y la super rápida. Mide poco más de 1,45 metros, está fibrado, tiene una fuerza descomunal y es ágil como un gato. Aunque casi no paramos a descansar, sigue quejándose de que platicamos más que trabajamos. Es un hombre de acción.

Al poco llega el Ing. Juan con su gorra blanca. Así que los tres nos subimos al cielo raso y empezamos a halar de los cables que van hacia la zona 2.1: “Medicina”. La tarea resulta un infierno. Hace un calor insoportable y los cables se resisten a pasar cómodamente. A su vez, Lorena y Judit se dedican a controlar las bobinas de cable, a ubicar rosetas, a pegar canaletas y a perforar las láminas del falso techo por donde bajarán los cables de red. El trabajo en equipo funciona bien y nos permite avanzar ágilmente. Menos mal que Jimmy nos dejó unos walkie-talkies. Después de desenredar los cables varias veces por fin conseguimos bajarlos hasta los puntos donde irán las rosetas. Objetivo conseguido. Mientras tanto, Mateu se pelea con el servidor Debian y las múltiples aplicaciones que hay que instalar: PHPMyadmin, servidor de DNS, sistema de backup , reinicio automático del servidor y webmail con Squirrel Mail entre otros.

Sudados como pollos nos vamos a comer al comedor del hospital. El menú, arroz y frijoles acompañados de plátano y fideos con pollo. Estaba bueno.

Por la tarde el objetivo es acabar de bajar el cable a las rosetas de la zona 2.2 y 2.3. (cirugía, pediatría, ginecología, bodega y servicios generales). Ahora somos más expertos, así que después de la experiencia matutina y discutir con Moises y Ángel (llegaron al medio día con Jimmy), nos proponen un nuevo sistema para pasar el cable. Esta pasaremos primero un cable que va al switch de la zona 2.3, y luego dos más que van juntos a la zona 2.2. Una vez más, con Moises y el Ing. Juan nos subimos al horno del pabellón central para halar más y más alambre (cable). El nuevo sistema funciona fantásticamente bien y avanzamos más rápidos que esta maña.

Al final del día hemos dejado el cable preparado para colocar 5 rosetas y un switch. Aunque el objetivo del día eran 5 rosetas más (la mitad), podemos estar satisfechos. Hemos superado con éxito el inicio de la fase final de cableado y los 5 puntos que nos quedan son infinitamente más sencillos que los anteriores. Además, poco a poco vamos depurando la técnica del cableado y estamos mejor coordinados (es realmente complicado).

Para Mateu el día también ha sido un éxito. Ha conseguido configurar todo lo que se había propuesto a excepción del Squirrel Mail. Destacar que ha conseguido hacer backups contra un disco duro externo que le ha dejado Jimmy. Además, ya se puede acceder al Care2X desde cualquier ordenador conectado a la red. Como tarea extra, les ha hecho una breve presentación del sistema de gestión hospitalaria (Care2X) a la Dra. Castro y a Jimmy. Han quedado muy contentos e impresionados. A ver cuando podemos poner en marcha el sistema completo.

Para cenar hemos vuelto al comedorcito recomendado por Ángel. No os escribo el nombre porque no me acuerdo y por tanto me lo estaría inventando, para variar. Hoy hemos cenado cerdo frito, cerdo asado y carne de res asada. Acompañado por gallo pinto (en este lugar está exquisito), tajadas y tortillas (parecidas a las tortas mejicanas). Al acabar nos hemos venido directamente a casa a lavar la ropa, leer correos, ducharse, preparar alguna cosa para la excursión que nos ha preparado la Dra. Castro para mañana y finalmente escribir este post que por fin he acabado.

Buenas noches y hasta mañana.

1 comentario:

Pau Moleiro dijo...

Hola Alberto me hace gracia poder leer lo que escribis y que te recuerde San Facundo.
Besos