lunes, 23 de mayo de 2011

Más manos a la obra

Ya somos tres en el grupo. Ha venido Rubén de Barcelona para echarnos una mano, y con la de trabajo que hay que hacer, se agradece mucho. Pero, de momento, esta semana ha sido sobre todo de adaptación, de estudio de la situación, de repartirnos el trabajo. El lunes por la noche fuimos a recogerle al aeropuerto de Managua. El martes aprovechamos para hacer compras de material necesario para el proyecto: pantallas para los equipos que se enviaron en la anterior campaña, cable UTP, grimpadora, etc. Por la tarde hicimos un poco de turismo, para que viera un poco la ciudad, y en la noche cogimos ya el bus hacia el Rama.

Por la mañana, el viaje en panga fue un poco accidentado, pues la panga se estropeó al poco de salir de El Rama y tuvimos que esperar a la orilla del río a que viniera otra a buscarnos. Cuando por fin llegamos al hospital, a las 11 de la mañana, fuimos a saludar a la doctora y ya a comer. Por la tarde nos entretuvimos a enseñarle el hospital, Bluefields, fuimos de compras al super, y acabamos tomando una toña caribeña. También probó el gallopinto, claro…

El jueves ya nos pusimos manos a la obra. Les dimos a Jimmy, el técnico de sistemas del hospital, y a Rubén, el nuevo cooperante en Bluefields, una intensa formación sobre los sistemas de gestión que estamos implementando. En primer lugar les presentamos el Zabbix, la herramienta de gestión de red que estamos implementando. Está en una fase bastante avanzada, pero todavía nos falta configurar la recepción de traps para cumplir los objetivos. Por otra parte, les enseñamos el Mantis, la herramienta de gestión de incidencias. Para nosotros es muy importante que Jimmy aprenda bien a utilizarla, pues el objetivo es que sea la plataforma que utilicemos para tener información sobre las tareas que se realizan en los equipos del hospital, y los cambios que se hacen sobre la red, y Jimmy es el protagonista principal de estos.

A parte de todo esto, hemos hecho hincapié, aprovechando que ahora somos más manos, en el radio enlace de Monkey Point. Dada la problemática de visibilidad que presenta el enlace, es necesario buscar la manera de, en primer lugar, hacer pruebas con los equipos antes de montar la torre y, a posteriori, poder construir una torre lo más alta posible. Para lo primero, estamos mirando de conseguir un andamio, para montarlo y poder hacer pruebas allí. Para la torre, habrá que seguir dándole vueltas, ya que no es nada trivial. Por la altura que requiere, es complicado hacerla de madera, especialmente teniendo en cuenta que la madera que hay allí no es demasiado resistente. Y una torre metálica, es complicada de transportar y de montar allí, a parte del coste adicional que supone.

Entonces, tendremos que ponernos manos a la obra con todo esto, para que no se pase el mes que Rubén estará aquí sin haber podido resolver estos interrogantes.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Monkey Point y Cerro Aberdeen

El pasado fin de semana tuvimos la oportunidad de viajar a Monkey Point con un grupo de la organización BlueEnergy. Teníamos pendiente este viaje desde hace días, pues para poder planificar correctamente el enlace debíamos realizar prospecciones sobre el terreno. Además, queríamos presentarnos a la comunidad, y explicarles el proyecto.

El viernes, llegamos a Monkey Point sobre las 12 del mediodía. Después de comer contundentemente, subimos al cerro de la turbina que BlueEnergy tiene instalada en la comunidad. Queríamos, básicamente, verla, tomar las coordenadas, y tener una mejor perspectiva de la comunidad. También queríamos conocer el proyecto que está desarrollando dicha ONG allí. Por la tarde, tuvimos la oportunidad de presentarnos al Gobierno Comunal, y exponerles nuestro proyecto. Aunque en un principio parecieron semi decepcionados al descubrir que no se trataba de un acceso a Internet y las telecomunicaciones para toda la comunidad, el proyecto de Telemedicina fue muy bien recibido.

Tras un turno de preguntas sobre el alcance del proyecto, el jefe del gobierno comunal se ofreció, para nuestro agradecimiento, a la construcción de la torre para ubicar los equipos. Este era un tema que nos preocupaba, pues sin la colaboración de la comunidad iba a resultar muy complicado elaborar una torre de las características que necesitamos. Durante la reunión se nos hizo de noche, y eso, en una comunidad rural en Nicaragua, es sinónimo de recogerse en casa. Así que a las 18,30 cenamos, y a las 20.00 estábamos listos para meternos en la cama… o, mejor dicho, en la hamaca!

A las cinco de la mañana del día siguiente, la actividad ya era la propia de una hora tardía de la mañana. Nos levantamos sobre las 6, desayunamos (muy contundentemente), e iniciamos el resto de prospecciones. En primer lugar, subimos al cerro de la familia Aguirrez. Cerca de la casa de la familia, hay un punto un poco más elevado, que consideramos en el estudio para ubicar la torre. Desde allí se veía, un poco más adelante, otro pequeño cerro, pero no había ningún camino para acceder a él, y era más o menos igual de alto que este.

Volvimos a subir a la turbina, para ver desde allí cuales eran los demás puntos elevados de la comunidad. Localizamos uno detrás de donde estábamos, y le pedimos a Cindy, la encargada de los asuntos sociales del grupo que formábamos, si podía encontrar a alguien que nos acompañara. Caminar por en medio de la selva, dos barceloneses como nosotros, no es del todo recomendable… mucho mejor ir con un autóctono! Antonio nos acompañó a la siguiente visita. Realmente, el camino era difícilmente transitable, y aunque es el punto con mejor visibilidad, iba a ser muy costoso montar una torre allí, e iba a requerir deforestar parte de la zona, cosa que no entra en nuestros objetivos.

Nos quedaba un punto más por estudiar. Esta vez quisimos ir solos, con el calor que hacía, pedir a alguien que estubiese con nosotros subiendo cerros y metiéndose en la selva… Así que empezamos a andar por el camino que lleva a la costa, en la zona noreste de la punta de Monkey Point. Vimos el cerro a nuestro lado, pero era imposible llegar a subir. Tomamos las coordenadas desde donde estábamos, y teníamos el recorrido que el GPS había ido guardando. Con esos datos podríamos precisar la ubicación exacta del cerro, para hacer simulaciones.

Por la tarde, había convocada una asamblea comunal, y tuvimos el gran honor de poder asistir para, una vez más, presentarnos a la comunidad, exponerles el proyecto, y ganarnos su confianza. Ellos sí recibieron el proyecto de Telemedicina con los brazos abiertos. Enseguida concluyeron que iba a ser algo muy positivo para la comunidad, y se mostraron muy agradecidos por ello. Así mismo, nos dieron su apoyo cuando el jefe de la comunidad les trasladó la necesidad de construir una torre de madera para ubicar los equipos. Al terminar la reunión, una vez más, se había hecho de noche, así que ya era hora de cenar y acostarse temprano.

Al día siguiente, volvimos a Bluefields en un movidísimo viaje en panga en mar abierto. La sensación de que la pequeña barquichuela a motor iba a caerse de lado en cualquiera de las olas que nos perseguían nos acompañó todo el viaje, pero por fin llegamos sanos y salvos. Estábamos muertos… y nos esperaba una larga tarde de colada para limpiar todo el lodo de nuestra ropa, zapatos y mochilas! Ahora queda, con calma a lo largo de la semana, analizar los resultados obtenidos, que no son muy esperanzadores para montar el enlace. Será una tarea difícil de llevar a cabo debido a la distancia y la poca visibilidad entre Monkey Point y el Cerro Aberdeen…

El lunes, sin tiempo de descanso, subimos al Cerro Aberdeen para comprobar el estado de los equipos instalados allí. Nos encontramos con que la antena que comunica con San Pancho tenía algunos filamentos rotos. Creemos que puede ser debido a un error en trabajos de mantenimiento en la torre, que provocaron un golpe en la antena. Por lo demás, todo estaba correctamente, salvo un poco de óxido en los soportes de las antenas.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Revisiones

La semana pasada, la dedicamos principalmente a dejar listos todos los equipos que se enviaron el año pasado al hospital. En total, acabaron funcionando 11 de ellos. Tras priorizar con la subdirección docente para tramitar la compra de pantallas, realizamos las cotizaciones pertinentes y logramos dejar este tema zanjado.

Entonces pudimos dedicarnos a configurar las herramientas de monitorización de red y gestión de incidencias, que creemos fundamentales para darle continuidad al proyecto después de la estancia de los cooperantes. Una vez instalados, hemos empezado a configurarlos para poder monitorizar los equipos, y hemos empezado a reportar las incidencias que nos hemos ido encontrando. De este modo, detallando paso a paso la resolución de cada una de ellas, el personal técnico del hospital podrá consultar para resolver futuros problemas.

Pero lo más “interesante” de estos últimos días fue, sin duda, el viaje a San Francisco de Kukra River. También conocido como San Pancho, se trata de una comunidad rural a la que solamente se puede acceder mediante un largo viaje en panga o, si hay suerte, por una carretera de tierra, la trocha. A menos, claro, que las lluvias la inunden…

Llegamos a La Aurora el lunes a eso de las 9 de la mañana. Habíamos salido muy temprano de Bluefields, pero el camino estaba un poco difícil de transitar, y el viaje dilató más de lo previsto. Una vez allí, doña Miriam nos preparó un desayuno de huevos revueltos con cebolla y chiltoma, tajada y café con leche. Habían estado de fiestas la noche anterior, y el pueblo entero amaneció de goma…

Una vez desayunados, fuimos al centro, a cumplir con los objetivos del viaje. Lo primero que hicimos fue subir a la torre para ver el estado de la antena. La pintura estaba en perfecto estado, lo único que tenía era un poco de moho, que Jesús limpió con mucha paciencia. Luego le dimos la formación sobre el sistema a la doctora Aburto, recién destinada en servicio social a La Aurora. Le explicamos el funcionamiento del sistema, y le dimos las coordenadas necesarias para ofrecerle soporte técnico en caso que lo necesitara. Finalmente, actualizamos el PC de que dispone el centro, y le instalamos el skype para facilitarle la comunicación con el personal médico y docente del hospital.

Una vez finalizadas todas las tareas, se nos había hecho la hora del almuerzo. Fuimos donde doña Miriam a comer una deliciosa sopa de gallina, y entonces empezó a llover… y no paró en toda la tarde. El conductor de la camioneta no quiso arriesgarse a quedarnos “pegados” en el camino, así que tuvimos que hacer noche allí. Aprovechamos el ratito de tregua que nos dio la lluvia para ir a bañarnos a la poza, y luego ya cenamos y pronto a la cama. Como en la comunidad no hay electricidad, no teníamos mucho más que hacer…